domingo, 21 de octubre de 2012

LA COGNICIÓN NO ES ESTÁTICA



1.        Introducción
La intención de este título, es llevar al lector a descifrar el significado que tiene la cognición para sí. Actualmente existen muchos pensadores que se preocupan por el rumbo que ha de tomar la educación en unos pocos años más, ésta siempre se halla en constante cambio, por eso debe estar continuamente actualizándose. Me he tomado la molestia de incurrir en un breve análisis sobre la cognición, porque este es un tema de interés para las sociedades modernas; muchos dicen la ‘sociedad del conocimiento’, otros ‘sociedad de la información’, sin embargo el tema de fondo incumbe a la cognición. Señalo además que ésta no está desvinculada del aprendizaje y enfatizo la necesidad de considerar su relación con la cognición en todo momento. El rumbo de la educación a futuro tendrá en cuenta la dinamicidad del conocimiento, es decir, a qué debe responder, puesto que cada vez la complejidad de las sociedades, incitan al hombre a responder a diversos contextos y éste debe responder a cada uno de ellos para transformarlos. Todo lo que expongo en este ensayo gira en torno a la cognición en cuanto ésta es dinámica; dinámica en el sentido en que es un proceso en permanente desarrollo, en evolución.

2.        Desarrollo
Puede considerarse la importancia de una serie de problemas con respecto al conocimiento, pero es más importante poner en tela de juicio su viabilidad para el aprendizaje significativo. No cabe duda que en pleno S. XXI, se están poniendo en prácticas muchas teorías pedagógicas para responder al advenimiento de más problemas para la educación; una de estas teorías es conocida como ‘constructivista’, que se enfoca en la construcción del conocimiento dándole importancia a la significatividad de lo que el educando conoce, para responder a situaciones concretas, además de interiorizar actitudes que le sean útiles para lograr un cambio positivo en la realidad o el contexto en que se desenvuelve.
Numerosos investigadores de la educación, que ha interpretado al iniciador de la teoría cognitiva, Jean Piaget, siendo éste un hombre preocupado por el progreso cognoscitivo de la juventud, consideran que; “el conocimiento no es recibido pasivamente, sino que debe ser construido activamente por los estudiantes” (Méndez, 2010, pág. 6). Se reafirma la dinamicidad del conocimiento a partir de la actividad mental del sujeto que conoce, puesto que éste establece relaciones entre sucesos, ideas o acciones que ha realizado con anterioridad, esto le permite tener una base para construir nuevos conocimientos. Luego se puede dar por sentado que la cognición sí es dinámica y que en el acto educativo siempre subyace la búsqueda de significado, en cuanto al aprendizaje.
Hablar de conocimiento dinámico, es considerar lo praxitivo en el aprendizaje, sometiendo la estructura de nuestro pensamiento al ensayo y error; además, desarrollar la introspección sobre el propio conocimiento, así como el desarrollo de la capacidad para poder discernir, de modo que el individuo que conoce se disponga a descubrir entre lo ya aprendido y situaciones nuevas, para estructurar y reestructurar su conocimiento. Todo lo mencionado muestra que el conocimiento no permite una estabilidad, es decir, que este no es estático. Añádase la importancia de considerar dentro de este análisis, que “una estructura de significado evoca dominio de conocimiento, que incluye ciertos conceptos que se presuponen necesariamente” (Serra & Wotjak, 2004, pág. 138); lo que lleva a pensar que el dinamismo del conocimiento toma en cuenta los conocimientos previos que el individuo ha estructurado, podría decirse que desde sus experiencias motrices reflejas como diría Piaget; entonces, no puede haber aprendizaje sin antes no se consideran las experiencias previas del individuo y por consiguiente tampoco se podría hablar de cognición como tal.
Antonio Durán Acosta, al plantearse la temática sobre la cognición, promueve el aprender a aprender en base al dinamismo para la estructuración del conocimiento y va a decir que:

“el interés en los procesos de construcción de conocimientos y de constitución de saberes implica desbordar la concepción memorística repetitiva del aprendizaje, supeditar la conducta a la cognición, poner el énfasis en el cómo aprende a aprender el alumno, pensar en un maestro reflexivo cuyos pensamientos se sitúan en condición de diálogo con los del estudiante, todo ello estructurado en un modelo de currículo abierto y flexible” (Acosta, 2004, pág. 93)

       Hay que saber intervenir en los procesos educativos para mejorar la capacidad de aprender de los estudiantes, porque es ahí en donde se construyen conocimientos de forma dinámica y progresiva, ya que continuamente el hombre está aprendiendo y este aprender implica estructurar su pensamiento en base a los contenidos que ya posee. Sería una introspección sobre el propio conocimiento, dicho en líneas anteriores, prima la necesidad de seguir construyendo colectivamente e individualmente. El hombre nace en un espacio socio-cultural que lo configura, pero en gran parte le corresponde a cada individuo como seres de conocimiento, hacerse responsables del cómo promover las capacidades meta-cognitivas para aprender significativamente.
       Los maestros tienen como tarea dar prioridad a los educandos para incentivar la heurística en el conocimiento, este es otro elemento que da lugar al dinamismo cognitivo. En la actualidad se hace imposible hablar de un conocimiento estático, antes bien, el interés está presente en su dinamicidad, de modo que en éste, no se coarta el interés del niño por aprender, antes por el contrario al reconocer las experiencias previas e individuales del pensamiento en la pluralidad, se perpetúa un desarrollo en los esquemas mentales, porque toma en cuenta la totalidad y a la vez la unidad, en cuanto a procesos de estructuración y reestructuración.

3.        Conclusión
·         La cognición dinámica considera una amplia gama de posibilidades por las cuales aprende el individuo como procesos en la estructuración del pensamiento. Cabe rescatar el tomar en cuenta sus experiencias previas.
·         Si en la educación se continua trabajando con lo memorístico repetitivo, jamás se va a llegar a ningún sitio y peor aún que las sociedades modernas imponen, cada vez, nuevos retos para la educación.
·         Lo dinámico es sinónimo de praxis, por consiguiente no se desvincula el aprendizaje de la cognición.

Bibliografía

·         Acosta, J. A. (2004). El proyecto educativo institucional; una alternativa para el desarrollo pedagógico-cultural. Colombia: Cooperativa Editorial Magisterio.

·         Méndez, Z. (2010). Aprendizaje y cognición. San José: EUNED.

·         Serra, E., & Wotjak, G. (2004). Cognición y percepción lingüísticas. Valencia: Guada Impresores.

martes, 11 de septiembre de 2012

La enfermedad mental, superando las interpretaciones.



            Muy poco se ha dicho de la locura, sobre su trayecto cursado de modo transversal, es decir, de manera significativa en todos los períodos de la historia. Se mostrará brevemente la locura, y se pretende no hacer una explicación sobre el interés que algunos filósofos le prestaron o no, a la enfermedad mental, en cada época. Sin embargo, este tema merece dedicarle un poco de nuestra atención, a causa del posible aumento de las enfermedades mentales; desde esta visión, se considera que todos estamos enfermos, en cierta medida leve, y solo necesitaríamos de un factor, sea predisponente, determinante o desencadenante, para el surgimiento de la locura. Se debe aclarar, que en la actualidad estas enfermedades tienen que ser vistas objetivamente, para evitar ir por la calle señalando a quien tiene o no una patología (proviene de las raíces etimológicas πάθος (pathos), que significa enfermedad y λογία (logía), que significa estudio o tratado). La filosofía dirá muy poco sobre la locura, debido a la comparación que de ella se hace con la misma locura, es decir, dicha comparación aparece en textos actuales y se sujeta a interpretaciones varias, porque obviamente, el hombre que tiene una patología no está privado de tener ideas. Más adelante se considera a Foucault, el cual a ciencia cierta y por sus investigaciones, dirá que los locos tanto como los que no están en tal estado, también tienen ideas sea despiertos como dormidos, de lo que se deduce que ellos tienen una noción del mundo, pero es una realidad distinta a la del filósofo; estos en segundo lugar, buscan una vida feliz al igual que los locos, pero en el caso de quienes padecen patología, es posible que ellos también busquen vivir feliz, mas solo en el mundo que ellos mismos crean, mediante la desintegración de la realidad ‘real’ que les afecta.
Ya Decartes diría y por supuesto que es cuestionante, aunque dice algo interesante en el planteamiento de su pregunta al iniciar la ‘Meditación Primera’ de esta manera,

“¿Cómo puedo negar que estas manos y este cuerpo son míos? Para negarlo tendría que ser insensato o un perturbado, como esos que aseguran continuamente que son emperadores y van vestidos de andrajos, o creen que poseen trajes de oro y púrpura y van desnudos o se imaginan ser un cántaro o que su cuerpo es de cristal . Esos son locos y yo sería tan extravagante como ellos si siguiera su ejemplo”[1].

            Se anticipa de cierta manera la necesidad de situarse en un plano experiencial más cercano a la realidad del sujeto que padece una enfermedad mental, dicho desde la perspectiva de Descartes; y si bien, sabemos que la sociedad aborrece o siendo más fuertes con los términos, se piensa que la sociedad tiende a excluir a quienes están ‘locos’ porque no tienen un lugar que ocupar en la sociedad, es decir, ya nadie les entiende y por consiguiente dejan de pertenecer a un grupo, todo esto porque sus ideas no se asemejan a los grados de normalidad del grupo.
Ahora comprobemos que es la sociedad la cual vuelve neurótico al individuo, entonces se dice que ésta, produce la enfermedad mental y atendiendo a los presupuestos de Shopenahuer entre sus teorías, pensaba que la ‘locura’ era causada por la represión de los recuerdos dolorosos o traumas, aunque no usaba el término ‘represión’, él prefirió leer a Freud antes que a algún otro autor, que sea de filosofía. Este pensamiento refleja lo que he mencionado afirmando que “la mayoría de veces los locos no yerran en el conocimiento de lo inmediatamente presente, sino que su desvarío se refiere siempre a lo ausente y lo pasado, y a eso se debe su relación con lo presente. Por tal motivo llega a afirmar que su enfermedad tiene que ver en especial con la memoria”[2], hasta el momento se comprueba una verdad, luego se procede a afirmar que si una persona tiene o no una enfermedad mental, se cuidará el poner en consideración todos los factores psicogenéticos, psicosociales, psiconeurológicos, etc., para poder concluir que realmente se trata de una enfermedad mental. Véase que se trata de analizar pautas conductuales de normalidad y anormalidad, en los espacios en que se desenvuelve el individuo. “El sujeto, lo que busca siempre es huir de la realidad porque le ocasiona dolor”[3].
Existe una conciencia de inversión para Foucault, al momento de concebir la locura, puesto que al suponer  a quienes están ‘locos’ conforme a la mayoría y no los llamados ‘normales’, serían los ‘normales’ quienes estarían dentro del espacio de "locura" y no quienes están ‘locos’. Así, dirá: “no hay que calificar o descalificar a la locura, sino solamente de indicarla en una especie de existencia sustantiva; entendiendo esta sustantividad como la designación de alguien que está loco, alguien que evidentemente lo es”[4], nuevamente aparece la necesidad de tener un criterio acertado sobre la enfermedad mental; considera además, el mentado autor que “la naturaleza de la locura es al mismo tiempo su útil sabiduría y es que, si algo no se obtiene por nuestra razón, entonces por la locura se obtiene”[5], tan cierto es que mediante la locura ser humano puede decir aquello que le ha sido negado decir por un orden establecido. Quien no tiene voz es libre de decir y hacer lo que le plazca, a pesar de que lo consideren ‘anormal’.
En la actualidad solo se acepta como verdad el hecho de que todos padecemos de la locura y por ende no existe verdad alguna.
“De vez en cuando hay que dejar hablar a la locura que habita nuestra conciencia”
Se considera pues que hay diferentes enfermedades mentales, que no pueden ser tratadas del mismo modo que otras, y por consiguiente, se sigue que el ser humano, si se desea convertirlo en objeto de experimentación a partir de considerarlo ‘enfermo metal’, antes se debe considerar todos los factores posibles que han podido predisponer, determinar o desencadenar la ‘enfermedad mental’.







[1] DESCARTES, Renato, Obras Completas, Trad. De M. Machado, Casa Editorial Garnier Hermanos, París, 1975, Pág. 68.
[2] Cfr.: SCHOPENAHUER, Arthur, El Mundo como voluntad y Representación, Vol. 1, Editorial Losada, Buenos Aires, 2009, Pág. 107.
[3] Cfr.: ANDRADE, Ximena, Apuntes de Clase: Psicopatología de la Niñez y Adolescencia, S.E., Quito, Período 40, 2012.
[4] FOUCAULT, Michel, Historia de la Locura, Vol. II, Fondo de Cultura Económica, Argentina, 2007, Pág. 3.
[5] Cfr.: Ibíd.: Pág. 23.